Tener en nuestras manos, ¡la posibilidad de concebir, visualizar y crear un diseño, es genial! Y también una gran responsabilidad. Es difícil dimensionar qué tanto puede abarcar el impacto de un buen diseño. Además de las implicaciones, ambientales y económicas, están las sociales y específicamente las del comportamiento humano, ¿puede el diseño contribuir a mejoras sociales e incrementar la seguridad de los ciudadanos en el espacio público?
Mucho se ha investigado sobre la relación entre la calidad del espacio público y los índices de seguridad en zonas con pobres o nulos espacios públicos y en zonas con espacios públicos cuidados y mejorados.
En 1961, en su libro “The Death and Life of Great American Cities” (Muerte y vida de las grandes ciudades), Jane Jacobs plantea la Teoría “Eyes on the Street” (Ojos sobre la calle). Propone que el fomento de la mezcla de usos: oficinas, vivienda, cultura, entretenimiento, comercio y servicios, así como parques con áreas infantiles en los espacios urbanos, son clave para la funcionalidad de las ciudades, propiciando el tráfico y densidad de población que permite “muchos ojos vigilando las calles”, a su vez estas acciones de auto-observación en las comunidades, incrementan la seguridad y desincentivan la oportunidad de acciones delictivas.
En 1982, los científicos sociales James Q. Wilson y George L. Kelling, publicaron el artículo “Broken Windows” (Ventanas rotas) en la revista The Atlantic Monthly. Del planteamiento de su artículo se deriva la Teoría de las Ventanas Rotas. En torno a esta teoría plantean qué si consideramos que hay un edificio con una ventana rota, y esta ventana no es reparada, la tendencia será que los vándalos rompan más ventanas. Y eventualmente, si el edificio estuviera desocupado, sería invadido por ellos o quizá hasta prendan fuego en su interior. Otro ejemplo planteado es: si consideramos una banqueta en la que se acumula un poco de basura, pronto más basura se acumulará y eventualmente, las personas comenzarán a dejar sus bolsas de basura o incluso irrumpan en los carros para robar de su interior. Finalmente, lo que plantearon es que, un problema pequeño que no es atendido a tiempo puede escalar hasta convertirse en un problema grave. Por lo que dar mantenimiento oportuno a los espacios urbanos, disminuiría crímenes menores como vandalismo y evitaría que ocurran crímenes mayores.
Más de 50 años después del surgimiento de estas teorías, parece que en el mundo se siguen cometiendo los mismos errores. En esta época en que la inmediatez de la información no es pretexto, se hace más imperativo tomar con toda seriedad y responsabilidad el diseño sobre el espacio público.
En el quehacer del diseño urbano lo tenemos muy claro, los espacios públicos bien diseñados y con buen mantenimiento resultan en casos de éxito, los ciudadanos se apropian de ellos, los usan y se convierten en vigías que colaboran directamente cuidándolos y contribuyendo a mantenerlos en buen estado. Creando sentido de comunidad y propiciando zonas más seguras.
Ahora, como diseñadores industriales con la oportunidad de proponer muebles que estarán en áreas urbanas exteriores, no podemos dejar de lado estas consideraciones. Cuando tenemos el reto de diseñar un objeto que estará en un parque, en una plaza, o en las banquetas de nuestras calles, es nuestra responsabilidad entender y aplicar lo mejor posible, los conocimientos interdisciplinarios para resolver de la mejor manera las necesidades de la comunidad y proveer a los usuarios de objetos que dignifiquen los espacios urbanos y propicien su uso.
En Diseño Neko hemos participado en muchos proyectos de rehabilitación de espacios públicos, uno de los más relevantes es el Bosque de Chapultepec, donde en colaboración con el Arquitecto Mario Schjetnan, diseñamos la señalización como parte del proyecto integral propuesto en el Plan Maestro de rescate, en el que hubo participación de autoridades, iniciativa privada, ciudadanía y profesionales de muchas áreas. Los elementos de señalización propuestos para la primera etapa de obras en el Bosque han visto pasar el tiempo, las condiciones de intemperie, de uso y ha dado servicio a millones de visitantes desde el 2005. Actualmente se siguen viendo estéticamente acordes al proyecto general, han sido instalados en etapas posteriores de la rehabilitación e incluso replicados en otros parques de la ciudad.
Partiendo de la idea de que los muebles urbanos son un complemento del espacio público, qué mejor que aportar con nuestro granito de arena con todo lo que podamos dar. Muebles que en su diseño tengan implícitas las consideraciones de responsabilidad ambiental y social, que estén pensados para ser de bajo mantenimiento y que puedan ser limpiados fácilmente para que el espacio público no se vea descuidado, cuyo diseño desincentive el uso del grafiti, que sean duraderos, que aporten estéticamente y refuercen la identidad de la imagen urbana, y que sean funcionales y confortables, para que los habitantes tengan mejor disfrute de los espacios públicos de su ciudad.