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Daniel Olvera

Por qué comprar productos originales

Actualizado: 3 jul 2020


Cuando recién iniciamos con Neko teníamos un objetivo, a través del eco diseño brindar asesoría y crear objetos originales con un twist, que generaran emociones y felicidad en nuestros clientes, hasta el día de hoy mantenemos ese objetivo. Pero todo es parte de un plan más ambicioso, tratar de cambiar el mundo de manera positiva, pero para cambiar el mundo hay que empezar por casa, es decir de manera local.


Desde que tengo memoria, casi todos los objetos que me rodean no se crean o al menos no se imaginan o diseñan en nuestro país, la mayoría de los productos que son originarios de México tanto en diseño o manufactura y que son producidos industrialmente, son una especie de reliquias, objetos que escaparon al paso del tiempo sin evolucionar, muestras de una época no muy lejana donde existía un espíritu genuino de desarrollo e innovación. Tristemente este espíritu se acabó con las constantes crisis y devaluaciones, para muchos industriales mexicanos resultó más fácil continuar con sus procesos y diseños arcaicos o copiar diseños probados en otros lugares, que invertir en el desarrollo original, y sin saberlo, han condenado a su propia industria.


Hoy veo grandes esfuerzos de muchos jóvenes involucrados en el diseño y la producción de objetos, con la intención de convertirse en una industria genuina llena de fuerza. Pero la realidad es que hoy los objetos de producción masiva, en su mayoría, son de diseño e ingeniería extranjeros, algunos fabricados localmente por grandes corporativos multinacionales; otros importados de países donde el desarrollo tecnológico y la falta de regulaciones laborales o corrupción permiten que la manufactura y los materiales sean de muy bajo costo. Mientras los productos industriales diseñados y fabricados localmente, se consiguen en pequeños mercados y son diseños que fueron hechos muchos años atrás, producidos con los mismos herramentales de antaño.


¿Alguien tiene la culpa de que nuestra industria local este languideciendo? Quizá son las repetidas crisis y devaluaciones, la falta de apoyos gubernamentales para el desarrollo tecnológico e industrial, la falta de voluntad de los industriales por innovar, la voracidad de la multinacionales que no respetan ningún mercado, puede ser qué como clientes, los mexicanos somos conformistas, o que los diseñadores industriales no hemos sabido vender las bondades y ventajas de nuestro trabajo. Pero también, está la falta de cultura de la propiedad intelectual e industrial.


Conozco muchos industriales e inversionistas que preferirían copiar un diseño antes que intentar desarrollarlo localmente. Por ejemplo, algún producto diseñado en el extranjero, muy innovador y que aún no llega a nuestro mercado. La cuestión es que, al copiar de esta manera, se le hace un daño irreparable a nuestra industria. Países como Japón, antes de la Segunda Guerra Mundial y en el periodo de posguerra, decidieron copiar lo que se desarrollaba en otros países, pero no estaban copiando en el estricto sentido, estudiaban, entendían y desarrollaban la tecnología extranjera para generar sus propias propuestas con un agregado o mejora que las hiciera aún más competitivas que el producto original.


Pero copiar, como muchos lo hacen en México o “tropicalizar” el diseño para la producción local, como comúnmente es llamado, es una práctica terrible. No sólo daña al productor original y al cliente, que usualmente acaba con un producto de calidad inferior, daña también al mismo productor pirata, porque su única ventaja competitiva es un costo más bajo que el original, lo que lo orillará a mantener márgenes de utilidad muy bajos dejándolo al borde de la sobrevivencia y esto crea un círculo vicioso.


¿Por qué otro industrial se arriesgaría a realizar una inversión en nuevos desarrollos cuando alguien más está ganando mercado haciendo copias baratas? y ¿por qué seguiría haciéndolo si los clientes prefieren una copia barata del mismo diseño? Como consecuencia nadie invierte en desarrollo y la industria se estanca y el problema está en que nadie se ha dado cuenta de lo mucho que afecta esta situación.


En México, muchas personas no creen que comprar o hacer una copia sea una práctica dañina, porque lo han hecho desde hace mucho tiempo y nadie les ha dicho o explicado por qué está mal. Muchos ignoran que existe un marco regulatorio para proteger la propiedad industrial y no saben de todas las batallas legales que se libran al respecto, ni entienden las implicaciones económicas, industriales, laborales e incluso ambientales que conlleva.


En el 2010 una compañía de exportaciones con base en España y México se interesó en distribuir nuestro mobiliario en Europa, cuando le preguntamos ¿por qué nosotros? al ser relativamente nuevos en el mercado, y no otras empresas mexicanas, nos contestó que no podía llevar empresas que hacían copias de menor calidad de los mismos muebles que ya se vendían allá por empresas locales. Aunque no concretamos la exportación porque casi de inmediato España entró en crisis y todo se quedó en pausa, nos permitió darnos una buena idea de la situación del diseño original en el contexto mundial.


Es vital entender la importancia de adquirir productos originales y de invertir en desarrollo e innovación para crear productos nuevos, ya que, de no hacerlo, la industria mexicana estaría por siempre confinada a un mercado local y a merced de los capitales y compañías extranjeras que desearan invertir o entrar a México. Si innovamos y nos mantenemos un paso adelante sabemos que siempre tendremos un lugar en el mercado nacional y después global.


En Neko tenemos muy claro el objetivo, llevar nuestro diseño e ideas a todo el mundo, pero... hay que empezar en casa.


En resumen, comprar productos “pirata” es una practica que afecta a todos, no sólo al productor original sino a todos los participantes: el cliente o usuario obtiene un producto de baja calidad, sin garantía y con riesgos potenciales de uso por mala manufactura y materiales de baja calidad; el productor pirata nunca tendrá un margen de utilidad que le permita convertirse en una industria de punta; y el diseñador o productor original no obtendrá los beneficios de su inversión ; finalmente el país nunca tendrá una industria que pueda medirse con el mercado exterior como iguales.


Comprar productos originales diseñados y producidos en México incentivará el mercado local, la inversión en investigación y desarrollo, generará innovación y nos pondrá en un lugar donde podamos vernos cara a cara con la industria global.


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