Después de 11 años en el desarrollo de proyectos de mobiliario urbano y señalización, además del ecodiseño y consultoría en arquitectura y diseño industrial; el término mobiliario urbano ya es parte de mí día a día, lo he escuchado, escrito o pronunciado miles de veces. Y siempre me maravilla la idea de que hay quienes no lo han escuchado o no saben a qué se refiere, o de qué tipo de muebles se trata. Suelo encontrarme con personas que tras preguntarme a qué me dedico, y contestarles, hacen una segunda pregunta: ¿mobiliario qué?
Una definición muy rápida sería: Mobiliario urbano son todos aquellos muebles que están en los espacios públicos o en el entorno urbano, por ejemplo, las bancas de un parque.
Pero explicando un poco más a fondo, llamamos mobiliario urbano a los muebles que se encuentran en los espacios públicos o semi-públicos, casi siempre en espacios al exterior. Curiosamente, aunque son muebles, no todos son móviles, por la naturaleza del espacio en donde están y por su uso y función, es más probable encontrarlos fijos o semifijos.
Los muebles urbanos permiten a las personas disfrutar de una experiencia más cómoda al vivir sus calles, andadores, parques, jardines y demás áreas públicas. Entonces el mobiliario urbano puede contribuir en buena medida al nivel de calidad de vida que ofrece una ciudad a sus habitantes.
Los muebles urbanos, no sólo son bancas, ya que el término incluye: botes de basura, aparcabicicletas, parabuses, bolardos, alcorques, sillas, mesas, mesas de picnic, bebederos, luminarias peatonales, luminarias urbanas, señalamientos, etc. El nombre varía en otros países de habla hispana, donde a este conjunto de muebles se les llama equipamiento urbano o muebles exteriores o muebles urbanos. Incluso algunos muebles agrupados por este término pueden ser conocidos por distintos nombres, por ejemplo: un elemento para delimitar áreas peatonales o restringir el paso de vehículos puede ser conocido como bolardo, guardacantón o pilona.
Independientemente del nombre con el cual son conocidos, los elementos del mobiliario urbano podrían dividirse en grupos generales de acuerdo a su función, que puede ser lúdica, de descanso, para navegación humana, de iluminación, de manejo de desechos, de protección, de resguardo temporal y otros servicios específicos.
Así, dentro del grupo de descanso, podemos encontrar todo tipo de bancos, sillas, bancas, mesabancos de picnic y bancas tumbonas cuya función específica sería la de proporcionar un lugar de reposo, relajación o contemplación en cierta área pública. Por ejemplo, bancas tumbonas en un audiorama (espacio público destinado al disfrute de música en el exterior) o bancas frente a un lago.
Hay muebles que tienen un objetivo lúdico sin ser juegos infantiles, ofrecen un servicio de entretenimiento a sus usuarios, como las bancas con mesa que tienen un tablero de juego integrado, donde los usuarios, pueden jugar damas o ajedrez.
Dentro del grupo de navegación humana están todos los elementos portantes de señalización, como: letreros, mapas guía, direccionales, restrictivos, informativos, y otros más, que permiten a una persona ubicarse en cierto espacio público, saber hacia dónde se dirigen con confianza y las reglas o normas en dicho espacio. Por ejemplo, los elementos de señalización direccional con flechas indican claramente hacia dónde están ciertos destinos importantes, como los baños o sitios de interés turístico.
Otro grupo, son los elementos de iluminación, además de su función primordial que es la de iluminar un espacio abierto durante la noche, proporcionan una mayor sensación de seguridad a los peatones y ayudan a enfatizar ciertos caminos o áreas de un espacio. Por ejemplo, un sendero específico de un parque delimitado con bolardos luminosos.
Dentro de los muebles para el manejo de desechos, encontramos todo tipo de botes de basura, en los que su capacidad, forma de fijación, uso y tipo de desechos que reciben, se adecuan al espacio al que dan servicio, existen depósitos pequeños o grandes, basureros basculantes o fijos, con tapa y sin tapa, depósitos para desechos caninos, contenedores para basura orgánica o inorgánica, incluso para separación más específica de residuos reciclables como papel, aluminio y pet.
Un ejemplo de los elementos de mobiliario para resguardo temporal son las paradas de autobús, que ofrecen sombra y protección de la lluvia y en algunos casos del frío y viento, pueden incluir bancas o recargaderas para esperas breves; así como iluminación y algún elemento para el gráfico que informe la ruta del trasporte y los horarios.
Mobiliario urbano complementario, sería: muebles urbanos de publicidad e información (mupis), bebederos, parasoles o sombrillas, maceteros urbanos, alcorques, rejas, barandales, bolardos, aparcabicicletas o biciestacionamientos, confinamientos de vías ciclistas, cabinas telefónicas, parquímetros, kioscos de revistas y periódicos, kioscos para venta de alimentos y de productos en general o módulos de información.
Dado que el mobiliario urbano es primordialmente usado para los espacios públicos, como diseñadores debemos tomar en cuenta todas las consideraciones ergonómicas, estéticas y funcionales; poner énfasis en consideraciones de durabilidad, de responsabilidad ambiental y social, de resistencia a: el uso intensivo, a condiciones climáticas, al vandalismo, la falta de mantenimiento y graffiti.
Un mueble urbano con calidad, bien diseñado y producido, que sigue todas estas consideraciones, deberá ser capaz de dar buen servicio a los usuarios por mucho tiempo. Hay muebles que se convierten en clásicos y referentes de un sito específico, agregándole carácter y reforzando su identidad. El mobiliario urbano es para el confort, el disfrute de la sociedad y un gran complemento de los espacios públicos exitosos.
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